viernes, 28 de enero de 2011

Las vertientes Hidrográficas    
Los elementos que juegan un papel decisivo en la configuración de la red hidrográfica costarricense son: la situación y la orientación de la topografía montañosa, la estrechez del territorio entre los dos mares que lo enmarcan y la intensidad y la distribución anual de las precipitaciones.
Entre las cadenas de montañas y las costas queda poco espacio para el desarrollo de los cursos fluviales, salvo en la parte norte de las llanuras, es decir, en la región de Guanacaste y en las llanuras de los Guatusos, San Carlos y Tortuguero, donde se hallan algunas de las cuencas más importantes.

Vertiente del Caribe

En esta vertiente los ríos son más largos más anchos y menos profundos que los del Pacifico; los cursos inferiores suelen formar meandros por el escaso desnivel y por la consiguiente lentitud del caudal. Por otra parte, el abundante material que acarrean (sedimentos y restos de vegetación) obstruye las desembocaduras formando barreras, albuferas y caños litorales, elementos morfológicos característicos de la costa caribeña.
Otro rasgo destacable de esta vertiente es la intercomunicación que existe entre las cuencas fluviales a través de brazos de unión: es el caso del Reventazón y el Pacuare, del Toro Amarillo y el Chirripó y del Tortuguero, el Chirripó y el San Juan a través del Colorado.
La falta de organización en la orientación del drenaje se manifiesta en la bifurcación de los cursos y en la unión de los sistemas, todo ello provocado por la gran horizontalidad del terreno. En estas condiciones, los ríos no muestran un escurrimiento decidido, sino que cambian con frecuencia de dirección, ayudados por la formación de meandros.
Pertenecen a esta vertiente los ríos San Juan, Colorado, Tortuguero, Parismina, Pacuare, Matina, Estrella, Banano y Sixaola.
San Juan. Aunque no pertenece a Costa Rica, el río San Juan, desaguadero de los lagos Managua y Nicaragua, constituye una arteria de primordial importancia para el país, porque es la principal vía fluvial de salida al Caribe.
Según el tratado Cañas-Jerez y el laudo Cleveland, el río San Juan marca 100 km del límite con Nicaragua, pero puede ser navegado por barcos mercantes costarricenses. El curso superior discurre por territorio nicaragüense y comprende desde su salida del lago Nicaragua hasta Castillo Viejo. Desde este punto, el río es compartido con el país vecino y hasta su confluencia con el Sarapiquí abarca el curso medio; en este tramo, aparecen rápidos que dificultan la navegación: Raudal del Toro, El Castillo y Machuca.
A partir del Sarapiquí hasta la desembocadura en el Caribe corresponde al curso inferior, donde los sedimentos acarreados por el río han cegado su salida original, el San Juan del Norte, y actualmente desemboca en Costa Rica por la boca del río Tauro. Colorado. Treinta kilómetros antes de la desembocadura el 80 % del caudal del San Juan se deriva al Colorado, que se constituye así en la principal vía de navegación hacia el San Juan. Los sedimentos que arrastra han formado una peligrosa barra, que no impide, sin embargo, la exportación de madera desde el embarcadero de la Barra hacia las Antillas.
Tortuguero. Nacido de un brazo del Toro Amarillo que baja del volcán Turrialba, el Tortuguero no tiene un curso independiente porque está conectado por brazos al Chirripó y a otros ríos menores de la llanura. Finalmente, un canal artificial, que lleva su nombre, permite la navegación desde Moín hasta el río Colorado.
Parismina. Junto con su principal afluente, el Reventazón, constituye la tercera cuenca fluvial de Costa Rica por su gran extensión (2 950 km2). El Parismina nace en el volcán Turrialba, pero el Reventazón recoge las aguas del Grande de Orosí, que baja de la cordillera de Talamanca y permite desaguar el sector oriental del Valle Central.
Esta cuenca es una de las más utilizadas para la obtención de energía hidroeléctrica.
Pacuare. Su nacimiento, en el río Chirripó, se remonta a la cordillera de Talamanca. A1 entrar en la llanura, se vincula con la cuenca del Reventazón a través del brazo Reventazoncito. Desemboca en el Caribe después de recorrer 108 km.
Estrella. Desciende de la fila de Matama y sin recibir afluentes importantes cruza la llanura que lleva su nombre, ocupada mayormente con plantaciones bananeras de la Standard Fruit Co.
Sixaola. Nace con el nombre de Telire en las cimas de la cordillera de Talamanca, desde donde describe una gran curva entre las filas de Matama y Durika. Ya en la llanura, recibe los afluentes Coen, Lari y Urén por la margen derecha. Aguas abajo sirve de límite con Panamá, junto con su afluente, el Yorkin. Sólo es navegable en el último tramo (17 km), hasta el lugar llamado Colonia San Bernardo.

Por otra parte, las lluvias, en general, abundantes, alimentan potentes caudales, cuyo régimen anual está relacionado con el reparto de las precipitaciones a través del año: los únicos ríos que acusan un estiaje pronunciado son los de Guanacaste, debido a la prolongada estación seca que sufre la región.
Desde la dorsal montañosa central, que actúa como divisoria de aguas, se encauzan las precipitaciones hacia el Pacífico y hacia el Caribe. Debido a la importancia de la vertiente oriental, se la subdivide en dos: los ríos que van directamente al Caribe y los que lo hacen vertiendo sus aguas al río San Juan, tributario de este mar.



Vertiente del Pacífico
En esta vertiente, los ríos se caracterizan por ser cortos, accidentados y profundos. Su escasa longitud es consecuencia de la cercanía y el paralelismo del relieve montañoso a la costa. En general, bajan directamente en sentido transversal a las cadenas y a la costa; por otra parte, el descenso en pocos kilómetros les obliga a salvar escalones rocosos (rápidos, cascadas) y a tener pendientes pronunciadas, que aumentan su poder erosivo; de ahí la profundidad de sus cauces.
Estos rasgos son más acusados en la parte central de la llanura pacífica, donde es más estrecha. En cambio, en la zona sur, donde se halla el río Grande de Térraba y, sobre todo al norte, en la llanura


de Guanacaste, los ríos, como el Tempisque, después de abandonar las áreas montañosas en que nacen, recorren grandes planicies y se convierten en ríos mansos de llanura.
Los principales ríos de esta vertiente son: Tempisque, Grande de Tárcoles, Pirrís o Parrita, Grande
de Térraba y Coto Colorado. De menor importancia son Bebedero, Aranjuez, Barranca y jesús María. Tempisque. Nace con el nombre de Tempisquito al norte de la sierra de Guanacaste, cerca del volcán Orosí. Recibe numerosos afluentes: Ahogados, Colorado, Liberia, Salto, Las Palmas, Cañas, Bolsón y Bebedero, y desemboca en forma de estuario.
El río recorre una importante región agrícola y ganadera, para la cual el Tempisque ha significado una vital vía de penetración, sobre todo hasta la construcción de la carretera Interamericana. Es navegable hasta la confluencia con el Bolsón (36 km).
El Bebedero, que vierte sus aguas en el Tempisque poco antes de su desembocadura, también es navegable hasta 18 km aguas arriba. A él vierten su caudal los ríos Piedras, Tenorio, Cañas y Lajas, procedentes de la sierra de Guanacaste.
La diferencia de caudal a lo largo del año no permite un aprovechamiento exhaustivo de sus aguas para riego: escasez de agua durante la sequía (enero-mayo) y destructivas inundaciones durante la época de lluvias. Actualmente se llevan a cabo obras de regulación y canalización, que producirán cambios fundamentales en el rendimiento de la región del Pacífico Norte.
Grande de Tárcoles. La trascendencia de este río proviene de la zona que desagua. Los ríos Virilla y San Ramón, que se unen para formarlo, drenan el sector occidental del Valle Central. Poco antes de su desembocadura en el Pacífico recibe por la margen izquierda al Turrubares, que baja del cerro homónimo. El Grande de Tárcoles ha sido el primer río del país en ser utilizado para la obtención de energía eléctrica.
Pirrts o Parrita. Desciende de la cordillera de Talamanca junto con el río Candelaria, su principal afluente. Ambos guardan un cierto paralelismo en sus cursos y forman dos valles de gran importancia económica.
Grande de Térraba o Diquís. Es el río más largo de Costa Rica, considerando su nacimiento en las cimas de Talamanca como río Buena Vista, y el de cuenca más extensa. Sin embargo, con el nombre de Grande de Térraba empieza en Paso Real, donde se unen el río General, que corre de noroeste a sureste, y el Coto Brus, que baja en sentido inverso. También es el río más caudaloso: 338 m'/seg.
Sólo es navegable en su curso inferior (22 km), donde recorre una zona bananera intensamente cultivada. Desemboca mediante un amplio delta cubierto de manglares, que está comprendido entre boca Coronado y boca Chica.
Coto Colorado. Nace en la fila Costeña y corre por el extremo meridional del país, formando el valle del mismo nombre; son tierras bananeras.
Subvertiente Norte
Esta área está drenada por ríos cuyas aguas llegan indirectamente al Caribe, es decir, por intermedio del río San Juan.
Las cuencas de estos ríos presentan características similares a las descritas para los ríos de la vertiente caribeña. La abundancia de precipitaciones y la horizontalidad del terreno por donde transita la mayor parte de sus cursos generan cuencas muy ramificadas. Los ríos, sus afluentes y subafluentes se abren paso con dificultad en medio de llanuras pantanosas cubiertas de una espesa vegetación. También aquí las aguas se mueven con una lentitud que se agudiza a medida que se aproxima la desembocadura y se producen intercomunicaciones entre las cuencas.


Se pueden distinguir los tributarios del lago Nicaragua (Sapoá y Frío) de los que se vierten al San Juan (San Carlos, Sarapiquí y Chirripó).
Sapoá. Tiene sus nacientes en la falda occidental de la sierra de Guanacaste, cerca de las del Tempisque. Recorre unos 32 km hacia el norte y desemboca en el lago Nicaragua, después de bordear el puesto fronterizo de Peñas Blancas, sirviendo de límite natural con Nicaragua.
Frío. Una serie de ríos procedentes de la sierra de Guanacaste -Buenavista, Samen, Cote (emisario del lago homónimo) y Muerte- concurren para formar el río Frío, que recorre la llanura de los Guatusos a través de 70 km. Después de recibir el Sabogal por la margen derecha, sale del territorio costarricense para desembocar en el lago Nicaragua, coincidiendo con la desembocadura del río San Juan.
San Carlos. La cuenca del San Carlos es la más importante de la vertiente norte y una de las principales del país. Su curso recoge las aguas que descienden de la mitad sur de la sierra de Guanacaste (Tilarán) y de la sierra Volcánica Central, mediante los ríos Arenal (emisario del lago homónimo), Peñas Blancas, San Lorenzo y Balsa. Recorre la llanura que lleva su nombre, donde recibe al río Tres Amigos, y a esa altura el río se ensancha y, lentamente, va a verter sus aguas al San Juan, formando bancos que dificultan la navegación.
Sarapiquí. Sus nacientes se remontan a la sierra Volcánica Central y su caudal se ve engrosado por el aporte de los ríos Peje, Sardinal y Sucio, que baja del volcán Irazú. Poco antes de su desembocadura recibe las aguas de los ríos Toro y Cuarto por la margen izquierda. Más de la mitad de sus 84 km de curso es navegable, constituyendo desde muy antiguo una importante vía de salida de productos y pasajeros hacia el exterior, á través del San Juan.
Chirripó. Baja de la sierra Volcánica Central y al entrar en la llanura de Santa Clara se comunica con la cuenca del Tortuguero a través de un brazo del río Toro Amarillo. Después de recorrer 96 km, vuelca su caudal en el río Colorado. Sirve de límite natural entre las áreas Atlántica y Norte.